domingo, 25 de enero de 2009

Invierno caliente

La temperatura no baja de los 13 grados en Tel Aviv, los días son soleados y las noches, aunque frías no exigen ataviarse con toda la indumentaria propia del invierno. Sólo durante una semana hizo un frío que merece llamarse como tal y llovió tan poco que escasamente alcanzó a humedecer la tierra. Ya pasamos la mitad de enero y en Israel caen más cohetes que agua. Ambas situaciones bastante preocupantes, pero al menos la primera está en manos de los hombres detenerla, no pasa lo mismo con respecto a la segunda porque aun no tenemos el poder de hacer que llueva.

El Mar de Galilea o Lago de Tiberias es el principal recurso hídrico de Israel, un lago de agua dulce que se alimenta del río Jordán y que permite el abastecimiento de agua dulce a las ciudades, y la irrigación agrícola de los cultivos, incluyendo los del desierto del Neguev. Que no llueva durante el invierno, la única época del año en la que se puede recoger agua para el resto de las temporadas, es una alarma que debería tener a este país de pelos parados. Acaso estamos en medio del Amazonas donde abundan los ríos y hay agua suficiente para despreocuparse ante una sequía. Israel es un territorio desértico, seco, que sirve de testigo ante la inercia en el incremento del nivel en su lago de agua dulce. Sólo hasta ayer comenzó una campaña en los medios que dice literalmente "También en invierno Israel se seca, no tenemos agua para malgastar".

Sin embargo seguimos consumiendo con tranquilidad porque por muy grave que sea la situación no es que el Mar de Galilea se vaya a secar este año, y mientras tenemos de qué nos preocupamos. Pero basta echar un vistazo al futuro para estremecerse pensando qué pasará si esta locura de cambio climático sigue haciendo que en Colombia llueva todo el año y que en Israel no caiga una gota de agua.

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