viernes, 26 de junio de 2009

humedad 90%


No es agradable, no es la estación del año anhelada por todos, no es la alegría que trae el sol a los corazones, no es la oportunidad de ver cuerpos ligeros de ropa paseándose por la ciudad y sentirse uno más en la playa al lado de los habitantes jueguetones, de buen ánimo, que aprovechan el verano para sentirse felices con todo lo que hay alrededor. No es nada de eso. Es un cochino clima que alcanzó ayer el 90% de humedad en Tel Aviv.

No es un verano fresco, donde la brisa sopla en la cara y pone el pelo bonito. Es una atmósfera densa, pesada, húmeda, asfixiante, pegajosa, exasperante, digna de poner a cualquiera de mal genio. Una caminada que supere unos cuantos minutos se convierte en una trayectoria eterna bajo el sol inclemente, envuelto en el vapor de agua invisible existente en el aire. Con el calor, la evaporación aumenta y también aumenta la capacidad de retención de humedad en forma de vapor por parte del aire. De esta forma, ahora que incrementó la temperatura también aumentó la concentración atmosférica de vapor de agua, lo que amplifica, por un mecanismo circular, el calentamiento inicial.

Y este es sólo el comienzo. El rumor en las calles es que este dichoso clima es apenas una primavera frente a lo que nos espera en julio y agosto. Y ahora, ¿quién podrá defenderme? mientras yo estoy aquí simplemente extrañando el frío amable de mis montañas.

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