jueves, 14 de mayo de 2009

Juegos de política


La religión es y será un asunto que se sostiene sobre vigas políticas, donde, como en todo sistema político, se traman juegos de poder. La visita del Papa Benedicto XVI a "Tierra santa" ha levantado ampolla en algunos sectores de la sociedad judía. Para nadie es un secreto, al menos aquí en Israel, que el Papa no es del todo recibido con simpatía, así se tomen fotos sonrientes los líderes religiosos de ambos lados, así aparezcan abrazados, en lo que parece un saludo cordial, el Papa y el Primer ministro israelí recién elegido, Benjamin Netanyahu.

Al actual Papa, y en general al Vaticano, se le reclaman, entre otras cosas, su pertenencia a las juventudes hitlerianas en la Alemania de la segunda guerra, el acogimiento en el seno de la iglesia a los obispos negacionistas del holocausto que habían sido excomulgados, la permanencia en la reciente Conferencia Mundial contra el Racismo celebrado en Ginebra a pesar de las declaraciones antisemitas del presidente iraní y de la retirada de la mayoría de países asistentes como señal de protesta.

Pero el Papa llega y las ceremonias de recibimiento se celebran como sucede con todos los invitados importantes, porque de ambos lados se esperan resultados de la visita oficial.

La iglesia católica tiene intereses invaluables en Israel, donde reposan las huellas de la historia misma de esta religión, y hablando más concretamente, los monumentos y templos que desde milenios se erigieron sobre el suelo que ahora pertenece al Estado de Israel. Por eso la visita del Papa no es sólo de carácter religioso, lo es también de carácter político. Al Vaticano le interesa definir la situación fiscal de las propiedades de la Iglesia que se encuentran bajo soberanía israelí. Es sabido que sobre los templos y sitios religiosos no se emiten impuestos, pero el Vaticano mantiene la petición de sustraer también otros inmuebles, como hoteles y escuelas, del abono fiscal al gobierno de Israel, lo cual pone mucho dinero en entredicho.

Por su parte, a Israel también le conviene atraer la atención del Vaticano hacia su campaña de rechazo a las intenciones nucleares de Irán. Siendo el Vaticano uno de los poderes mas representativos a nivel ideológico, es muy significativo que se sume como aliado y condene en voz alta el desarrollo de potenciales armas atómicas que al fin y al cabo amenazan no sólo a los judíos sino a muchos habitantes del mundo.


Finalmente, no quedó gustando mucho la declaración abierta del Papa de su apoyo a la creación de un Estado palestino, pero así es, dígalo quien lo diga, el nuevo gobierno de Israel, marcadamente derechista, se tapa los oídos, hace pataleta, y se sale por la tangente, ante cualquier insinuación de concederle a Palestina el derecho de existir como estado independiente. Así que, en este punto, no es nada personal contra el Papa.