lunes, 22 de junio de 2009

No hay como saber


Como decía una querida amiga, llegar a un nuevo país es como ser un bebé nuevamente. Aprender a hablar, entender, leer y escribir, competencias básicas de la comunicación. Acomodarse a las simples normas diarias que rigen cualquier modelo de comunidad por rústica que sea. Insertarse en las formas y caprichos sociales y de cortesía propios de una sociedad que marcha tranquilamente antes de la llegada de un inmigrante de sabor tropical. Todas las acciones que llevamos a cabo día a día pasan casi inadvertidas cuando se hacen en la dulce lengua materna, cuando se conocen los dichos, las expresiones y las fórmulas aceptadas implícitamente.

Pero vivir en otro idioma, levantarse cada día apostando cada movimiento de la lengua en conexión con el pensamiento para que resulten campeones en la primera frase que salga a la luz en la calle al enfrentarse con otro que, a pesar de verse tal cual como uno, vive empacado en un sistema de signos diferentes, es una tremenda odisea. Afortunadamente con el tiempo la cosa mejora y los logros cotidianos se complejizan cada vez más.

Cuando llegué a Israel no sabía ni jota de hebreo. Aprendí un nuevo alfabeto, aprendí nuevos sonidos que aun después de cierto tiempo se enredan en el suave acento del español, aprendí a leer y a escribir de derecha a izquierda y a descifrar vocales donde no están escritas. Y al principio era como un bebé, ya lo habíamos dicho, que dependía de otro para suplir las necesidades básicas como entender qué dice en la etiqueta de todo aquello que hay en la cocina. Pero hoy entré al supermercado y me percaté, emocionada, de que podía leer claramente y naturalmente cuál es el porcentaje de grasa del queso crema o distinguir entre todos los sabores del helado. Sé lo que estoy comprando y puedo elegir! No estoy segura cuándo pasó exactamente, pero darme cuenta me hace feliz. Un bebé más que ya sabe caminar.

2 comentarios:

  1. Eso está muy bien Maru!... Por mi parte, yo ya aprendí a leer todos los componentes que traen los alimentos dietéticos (acesulfames, edulcorantes y demás)..

    un abrazo! cuidate mucho!!

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  2. ¡Hola María Eugenia! Un abrazo gigante desde Perú. Gracias a las redes sociales me he dado cuenta que andas tan lejos. He leído tu blog y no he podido evitar sentir la nostalgia que se lleva al estar lejos de la patria, de la tierra que nos vio nacer y que casi siempre es tan maltratada. Me alegra montones que ya estés casi adaptada a esa nueva cultura. Aprovecha al máximo la experiencia que espero escuchar cuando estés de regreso. Bueno, el tiempo pasa rápido, imagínate, yo ya tengo una hermosa niña colomboperuana. Se llama María Fernanda (www.yosoyrambito.wordpress.com). Es mi gran felicidad. Un abrazo enorme y recuerda que te queremos.

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